MILA
Sus labios devoran mi cuello, despertando el deseo que siempre surge cuando estamos solos. La habitación se llena de un silencio expectante, como si el aire mismo estuviera cargado de electricidad. No podemos resistirnos, porque lo único que quiere es poseerme por completo, y yo se lo permito con gusto. Su pasión es un látigo de fuego que enciende una llama en mi interior, desencadenando una fuente de deseo que me consume. Me siento viva, como si mi cuerpo estuviera hecho de pura energía y pasión. Cada beso, cada caricia, es como un golpe de electricidad que me hace temblar de placer.
Me besa con intensidad, como si estuviera hambriento de mí. Su lengua explora mi boca, y yo me rindo a su pasión. Me siento pequeña y vulnerable en sus brazos, pero al mismo tiempo, me siento poderosa y deseada.
—Te vez jodidamente ardiente con esa pijama mi amor—susurra en mi cuello para mordisquearlo—me excita que seas así de mala mi amor.
—Espera—mis manos recorren su pecho, se nota que hace buen