¿Cómo se había infiltrado? ¿Cómo había conseguido siquiera cruzar alguno de los posibles seguros que tendría Evan para recaudar guerreros?

—¡No, no, Leyra, definitivamente no! — dice la pequeña rubia al mismo tiempo que es protegida por Morrison y Sirion.

—¡Ella no es Leyra!

—¡Claro que sí! ¡Es su rostro! Por supuesto que es ella —grita Beca, desesperada y frustrada, teniendo la rabia desesperada por no ser compredida.

—¡Detente! ¡Detente, Beca! ¡Detente, por favor! —gritaba Alfa Evan desesperado al mismo tiempo que le pedía a Sirion que la ayudara y detuviera.

Beca siente los brazos fuertes de Sirion a su alrededor sin miramientos.

—No, es que... ¡Mírala!

— ¡No, no! ¡Lo siento! ¡Yo no! ¡Yo no!— Jadeaba la rubia con el cuerpo tembloroso y desesperado por mantenerse fuera de las zarpas transformadas de Beca.

— ¡Ella se llama Flora!

Y esa voz que escuchó hizo que todo el cuerpo, incluso el cerebro, de Beca se congelara en automático.

Su mirada buscó de forma innata el dueño de esa