Mundo ficciónIniciar sesiónElla calló, y de nuevo sentí cómo su energía se movía dentro de mí, como un remolino que buscaba contenerse. Sabía que no era fácil para ella abrirse, pero mi curiosidad había cruzado un límite, porque cuando volvió a hablar, contenía nostalgia y dolor por su hijo y su Tua Cantante.
—Ardad debe haber hecho un conjuro para que el señor del inframundo no sienta a tu hijo —dije pensativa—. Entonces debemos encontrar la manera de dar con él, ¿pero cómo? —Puedes ir tú y yo me quedaré dentro de tu hijo —sugirió la princesa. Intenté procesar lo que me decía, pero sentí que me estaba empujando más al abismo de intrigas que parecía rodearlo todo últimamente. —¿Y qué vas a hacer con eso? —pregunté sin entender s






