Mundo ficciónIniciar sesiónEL PRÍNCIPE
Me quedé esperando a que mi Sol decidiera si quería o no ver a sus falsos padres. La observaba, viéndola indecisa. Por un lado, deseaba ir a verlos, los extrañaba; pero, por otro, le aterrorizaba la idea de que ellos la separaran de mí.
—No, cariño, nadie nunca va a separarnos —le aseguro, intentando brindarle la confianza que necesitaba.—¡Deja de leer mi mente! —protestó Sol.—No lo hago —dije enseguida—. Tus pensamientos los escucho, como tú deberías escuchar los míos.—¡Tú apenas piensas! —dijo, alejándose un paso—. No puedo oírte cuando eres humano.—¿Qué quieres decir? —pregunté, interesado.Sol me miró como si yo estuviera pidiéndole que se explicara en un idioma desconocido, pero lo que dijo a continuación






