Mundo ficciónIniciar sesiónSOL:
El príncipe Árnyék frunció el ceño con impaciencia. Sirius asintió emocionado, sin mirarlo. Dejó de inclinarse, pero sus manos temblaban, aunque las escondió disimuladamente bajo la mesa. En él había un conflicto interno; entre el miedo y la alabanza parecía debatirse consigo mismo.
—Lo haremos de a poco —siguió diciendo el príncipe—. Para empezar, quiero que bebas un sorbo de esa copa. Es mi sangre y la de mi Sol juntas. Según el libro que trajiste, si te ofrecemos ambos nuestra vitalidad a voluntad, tú empezarás a desarrollar el cambio de sangre y, poco a poco, serás un hermano de ambos. —Pero, señor Sirius —intervengo al verlo preocupado—, según el libro, si no está realmente convencido de dejar de ser quien es para convertirse en su nuevo “usted”, no deberá beberlo, porque explotará al instante. Así que, si tiene dudas, no lo haga; a mí me da mucho miedo perderlo, señor. Como respuesta, ambos vemos cómo el señor Sirius atrapa la co






