Mundo ficciónIniciar sesiónNos observamos en silencio. Somos felices, a pesar de todo. De pronto, el cabello de mi Sol se desprende y cae por mi espalda. También nos sorprende; se ha convertido en negro, completamente negro como el mío.
—Ahora sí no entiendo nada —habla Sirius, asustado al ver aquello. Teme que Sol haya perdido la habilidad de curarme y se pone a buscar una explicación en el libro, sin dejar de observarnos. Sin darle importancia, le atrapo el rostro con ambas manos y la miro fijamente. Nos quedamos así unos instantes y su cabello vuelve a retomar su color dorado con ribetes rojos. —¡Eso sí no lo entiendo! ¿Qué pasa con ustedes dos, mi señor? —pregunta, realmente asustado, Sirius. —No lo sé, Sirius, pero lo que sea, me gusta —digo, mirando la hermosura de mi Sol. Ella se inclina aún más hasta que sus labios rozan mi cuello. Mi respiración se vuelve errática. La sensación de su proximidad es fuego y calma al mismo tiempo. La alejo para






