Mundo ficciónIniciar sesiónSOL:
El joven esboza una ligera sonrisa, una mezcla de melancolía y algo que podría ser orgullo. Sus ojos me observan profundamente, como si intentaran atravesar cada barrera que he construido en mi interior.
—Mírame bien y dime si, en verdad, en esta forma no sabes quién soy —responde él, con una voz tan cálida como desconcertante.Siento cómo mi corazón martillea con fuerza en mi pecho. Me obligo a mantener la compostura, pero algo en la familiaridad de esa criatura me desestabiliza. Es como si su presencia despertara un recuerdo difuso, lejano, enterrado en algún rincón de mi pasado, y eso me inquieta profundamente.—Mire, señor, lo siento, yo no le conozco —murmuro, sospechando, pero no logro dar con nada coherente—. Con su permiso, me retiro.Y sin esperar más, me alejo, adentrándome en mi casa. Voy pensando que he visto a ese joven






