EL SEÑOR DEL INFRAMUNDO:

El señor del inframundo no dice nada, y no insisto. En un suspiro, aparecemos en el castillo de nuestro hijo. La princesa Aloqua vuelve a llorar al saber que lo ha perdido, quizás para siempre. Al entrar, se encuentran con el príncipe consorte Kenai, su hijo Iskrah y la mujer lobo Vixra, quien al ver a Aloqua la abraza muy fuerte. Ella llora en sus brazos, tristemente.

—Lo siento mucho, princesa —dijo con cariño.

Habían escuchado lo que ocurrió en el reino del fuego por Maxas, quien lo contó a todos; y unos demonios habían informado lo sucedido con Arni. Además, Kenai, que tenía una conexión con él, sintió cuando desapareció. Se acerca, saluda al señor del inframundo, ahora convertido en humano, y también le ofrece el pésame, pero le pregunta:

—¿Es para siempre? ¿No logró pasarle su divinidad eterna? ¿Podrá reencarnar Arni y regresar?

—No lo sé, el fuego eterno lo devoró —contesté, porque sé que lo ama de verdad, como un padre—. Sirius se abrazó a Arni y desap