Sofía volteó a ver al escuchar aquella voz y se congeló por un momento, se había olvidado que más que ganarse el cariño de su hijo, también debería de ganarse el cariño de su ex suegra.

Ella dijo: lo siento. La empleada iba a explicar, cuando escuchó decir a Sofía, que ella le había dañado su teléfono, por eso la estaba regañando así.

Doña Judith, miró a la otra chica, como preguntándole si era verdad lo que Sofía decía.

Pero la joven sirvienta estaba sin voz al ver la facilidad que tenía Sofía de cambiar las cosas y peor aún de culparla a ella por algo que no había hecho, y estaba aún peor cuando escuchó a Aurora afirmar lo que Sofía decía.

Ella se quedó sin habla y comenzó a sollozar doña Judith, solo pudo decir: ya deja de llorar, solo discúlpate con Sofía y no vuelvas a hacer algo así de nuevo.

Y tú, Sofía, esas no eran la forma de tratar a un empleado, solo porque te dañó un teléfono.

Enseguida dijo: ella quizá lo hizo sin culpa, dándose la vuelta y yéndose sin decir nada más y