Capítulo 77. Una trampa
Aurora estaba saliendo con uno de los encargados de vigilar las cámaras de seguridad, y este ya le había comentado a qué hora podía llevar a cabo su plan, pues justo en ese momento todas las cámaras estarían apagadas por mantenimiento.
Y así lo hizo ella. Ya que sabía perfectamente que hoy a Mariana le tocaba limpiar sola aquella habitación, ya que Martha tenía permiso.
Miró su reloj y vio que ya era la hora y aprovechó el momento exacto en que Mariana estaba dentro del baño limpiando, y entró en silencio a la habitación, cuidando de no hacer el más mínimo ruido.
Con movimientos precisos, tomó un colgante muy costoso de doña Judith y un par de pendientes, para luego desaparecer sin dejar rastro.
Apenas salió de aquella habitación, Aurora corrió como alma que lleva el diablo hasta la habitación donde dormía Mariana, y sin perder tiempo, escondió el juego de joyas entre sus pertenencias.
—Con esta sí me las vas a pagar, mosquita muerta —murmuró para sí, con una sonrisa de malicia.
Luego