Cuando el agua comenzó a salir hacia la habitación, fue entonces que Martha se dio cuenta del desastre que había provocado Mariana. De inmediato se apresuró a ir al baño para ver qué estaba pasando. Al llegar, vio la llave abierta, la cerró rápidamente y preguntó:

—¿Qué pasó aquí?

Mariana, con su carita toda roja y empapada —ya que se había caído varias veces—, le contó lo sucedido. Luego, ambas se pusieron a secar antes de que los jefes se dieran cuenta del desastre que Mariana había causado.

Gracias a Martha, el error no fue mayor, ya que reaccionó rápido y notó que Mariana no era muy buena para la limpieza.

Martha pensó que quizás se debía a que era nueva y que, además, era su primer día y probablemente estaba un poco nerviosa por eso. Entonces se dijo a sí misma que debía estar más pendiente de ella, para poder ayudarla hasta que se adaptara bien a su puesto de trabajo.

Después de un rato, terminaron sus oficios y bajaron juntas a comer. Luego de almorzar, tocaba seguir limpiando,