Capítulo 27. Madrid – España
Luego, Verónica volvió a hablar:
—Y tú, Cinthia, no olvides llevar las cartas de nuestro juego. Espero que no se hayan olvidado de que en cada viaje que hacemos las jugamos y hacemos de las nuestras, como siempre.
—Cierto —respondieron al unísono las otras dos.
Dos días después, las tres amigas estaban en la sala VIP del aeropuerto, esperando el vuelo que las llevaría rumbo a Madrid (España), donde comenzarían una nueva aventura entre amigas.
Tras nueve horas de viaje, llegaron al aeropuerto Adolfo Suárez, donde un chofer las esperaba por encargo de la tía de Mariana.
Después de un trayecto tranquilo, llegaron a la majestuosa mansión que había pertenecido a su abuela, y que ahora era de Mariana. El personal de la casa ya las esperaba en la entrada.
—Señorita Mariana, bienvenida a su casa. ¡Cuánto tiempo sin verla a usted y a sus hermanos! —decían con alegría, incluida el ama de llaves, que la saludó con una sonrisa cálida y una reverencia sutil.
Mariana, al escuchar aquellas palabras,