Capítulo 161. Estaba embarazada
Felipe le informó al agente a su lado que ya era hora. Quería que los cuatro estuvieran juntos esperándolos cuando él entrara. Poco después, uno de sus guardaespaldas se le acercó y le entregó una tablet. Sin decir palabra, Felipe la tomó y comenzó a caminar con paso firme hacia la sala de interrogatorios, escoltado por dos de sus hombres.
Sin embargo, justo antes de entrar, el agente lo detuvo con una noticia que lo golpeó como un mazazo: la sangre hallada en el suelo… era, en efecto, la de su esposa.
El rostro de Felipe perdió todo color en cuestión de segundos. Se quedó paralizado, blanco como un papel. Tuvo que apoyarse contra la pared para no desplomarse, mientras su respiración se volvía errática y sus ojos se llenaban de una mezcla de incredulidad y terror.
Y para complementar su tan mala suerte en aquel día, en ese mismo instante en que recibió aquella noticia, también recibió una llamada. Al principio no quiso contestar, pero al ver que aquel número desconocido insistía tanto