Capítulo 107. Su Némesis
Mariana miró de nuevo al niño, mientras sacaba dos piruletas de color rojo de su bolsillo y le daba una a Andrés y la otra para ella, ambos se rieron con complicidad para luego destaparla al mismo tiempo, pero después de tenerla abierta el niño la miro y dijo, pero mi papá no me deja comer dulces a estas horas.
Felipe, que había escuchado las palabras de su hijo, iba a decirle que se la podía comer por esta vez, pero escuchó a su esposa decir, no te preocupes que él no te regañara porque si lo hace, eso quiere decir que yo no puedo consentir a mi hijo cuando quiera.
El niño sonrió con la respuesta que le había dado su madre y se metió el dulce a la boca al mismo tiempo que lo hacía ella, luego ella se sacó el dulce de su boca y dijo: te estaba diciendo que tu madre no tuvo la culpa en irse, ¿cierto?
El niño de lo más feliz asintió con la cabeza. Mariana continuó con su relato diciendo: y tu madre, como no tuvo la culpa en irse y dejarte a ti y a tu padre solo para que él te criara, e