Capítulo 48. Los padres de Felipe
Felipe, cuando llegó al sitio donde ella estaba, se sentó a su lado y le sirvió una copa de vino, la cual ella no rechazó y comenzó a beber.
Ella lo miró y le dijo:
—Gracias, sabe muy rico.
Después de haberse tomado unas cuantas copas, comenzó a decirle:
—Señor, me disculpa si lo ofendo con mis preguntas, pero siempre he tenido curiosidad por saber... ¿Por qué un hombre tan guapo y con dinero como usted todavía sigue soltero?
Él le respondió casi de inmediato, diciendo:
—Sabes, cuando se está en mi posición, hay muchas personas que se te acercan por algún interés, y uno tiene que estar muy pendiente de con quién sí y con quién no.
Luego se quedó callado por un instante y volvió a hablar:
—Hubo dos veces en las que pensé que había encontrado a la persona correcta, pero ellas decidieron que yo no era suficiente y terminaron engañándome. Esa es una de las razones por las que aún estoy soltero.
Mariana lo entendía a la perfección, ya que a ella le había sucedido algo muy similar. Lo miró