Capítulo 50. Cásate conmigo.
Mariana se sentó al lado de la señora, pero se sentía un poco cohibida, odiando el momento en que se acostó con Felipe. Pensaba que, si no lo hubiera hecho la noche anterior, esto no estaría pasando. Miró a la señora algo apenada y le preguntó:
—¿Qué me quiere decir, señora Judith?
Judith la miró y respondió:
—No me digas señora, solo llámame por mi nombre.
Mariana asintió con la cabeza y volvió a decir:
—¿Qué deseas hablar conmigo, Judith?
La señora, muy feliz porque la estaba tuteando, le sonrió y la tomó de las manos mientras le decía:
—Quiero agradecerte por lo que has hecho con mi nieto y con mi hijo. No sabes lo preocupada que he estado por ese par. Después de que descubrimos que Andrés solo se podía comunicar con su padre, sufrimos mucho.
Y solo fue necesario que tú entraras a nuestra casa para que todo comenzara a normalizarse, y mi nieto empezara a hablar con todos, como un niño normal de su edad. Además, desde que tú llegaste, Felipe pasa más tiempo en casa… y todo eso te lo