Hola te invito a conocer, mas de mis historias... amarte de nuevo... Mi otra vida... Mi pequeña Sara entre otras... Soy ara Yi ...Buena lectura!!!
Días después Grecia y Doris caminaban al salón de clases. Doris comentaba sobre el equipo de las estrellas. “Vamos, ven conmigo a la audición, eres lista, tienes experiencia en el ballet y gimnasia, ¡Eres perfecta!”.Grecia miraba a todos lados sin prestarle atención a su amiga.Doris lo notó y también miró a todos lados. “¿A quién buscas?”.Grecia negó ruborizada. “A nadie”.Doris entrecerró los ojos. “Será… A Luis”Con un movimiento rápido, Grecia negó con la cabeza sus mejillas estaban muy rojas.En eso Luis llegó a ellas, llevaba muchos libros en sus manos. “Hola”.Ellas saludaron, Luis se dirigió a Grecia. “¿Quería saber si estabas libre el viernes?”.Grecia se quedó en silencio sin saber que contestar, Doris le dio un codazo para que reaccionara. “Yo…” Titubeo.Luis estaba esperando su respuesta y Doris ayudó a su amiga que se quedó sin palabras. “Ella no hará nada, será feliz de salir contigo a una cita”.Luis sonrió nervioso al escuchar a Doris ayudarlo, pero esperaba que Greci
Al irse ambos hombres se miraron entrecerrando los ojos. “¿Te gusta?”. Preguntó Emanuel seriamente. Luis confirmó moviendo su cabeza con sentimientos encontrados. “A mí también”. Expresó Emanuel dando un largo suspiro. Nunca imaginó lo que esto pasaría.Luis estaba molesto, habló con reproche. “Has tenido tantas chicas… ¿Por qué ella?”.Su amigo era un tipo rico que podía tener a cualquiera que quisiera.Emanuel estaba algo cabizbajo por la situación extraña entre los amigos. “Ella no es como las otras”. Murmuró sincerándose.Luis estaba de acuerdo en lo que dijo. “Si, ella es especial”. Ambos se dejaron caer en la silla. Se miraban en silencio.“Ella me rechazó, pero pienso seguir insistiendo”. Luis comentó.Emanuel entendió inclinando un poco la cabeza y después advirtió. “Yo haré mi lucha”. Se quedaron un momento ahora con una mirada determinada al conocer las intenciones de cada uno y salieron de la biblioteca. Grecia llegó a la vieja casa, tocó la puerta, Lalo su medio herman
Grecia asintió soltando la mano de su papá. “Pronto vendré a verte”. Le dio un beso en la mejilla y salió de la habitación.Ella caminó directo a la salida, Eduardo la esperaba y al encontrarse con ella le informó. “Iré al draft de los centuriones”.Grecia lo observó un minuto. “Que tengas suerte”.Antes de que Eduardo hablará, su madre mencionó. “Claro que Eduardo entrará, es el mejor, dedicado y con un gran futuro, eso tengo lo por seguro”.Grecia giró a ver a la mujer, siempre estaba a la defensiva provocando que ella y su hermanastro no tuvieran una buena relación.Sin ganas de discutir, ella se despidió y salió de la casa. La mujer junto a la puerta bufó. “Esa chica ha sido un problema durante años y una mala influencia para ti, no hables con ella”.Eduardo hizo una línea de su boca y se fue a su habitación sin querer discutir con su madre. Desde que tenía memoria su madre siempre decía palabras ofensivas hacia Grecia.Días después…Doris llegó al dormitorio de Grecia muy feliz,
Grecia escuchó sonar su teléfono, lo rebuscó entre la cama mientras despertaba, era Emanuel. Pero al ver la hora se levantó de un salto sin contestar.“¡Demonios!”. Maldijo al darse cuenta que llegaría tarde al trabajo, anoche no podía dormir recordando el beso de Emanuel.Dio un salto de la cama, se lavó y vistió rápidamente, tomó su mochila con sus cosas y salió. Al llegar a la salida saludo al portero y en el momento que miro a lo lejos, se encontró con Emanuel de pie cerca de su auto.Ella se quedó inmóvil en su lugar sin quitar su mirada de él, en su interior se preguntaba a sí misma. “¿Estaba esperándola?”.Emanuel fijó su mirada en ella mostrándole una sonrisa. Caminó hacia ella. “Hola”. El prestó atención de reojo al portero y solo le sonrió ayudándola subir al auto. A pesar de que deseaba besarla, conocía las reglas de los dormitorios y no quería meter a Grecia en problemas.Grecia estaba reacia a entrar al carro, miraba a todos lados, había pocos alumnos, no quería que los
Emanuel colgó el teléfono frustrado, su padre estaba muy insistente en que tenía muchas obligaciones. Giro observando como Doris se despedía de lejos, al terminar de hablar colgó el teléfono regresando al lado de Grecia. “Te llevaré a un lugar”.Salieron del restaurante, Grecia estaba inquieta. “¿A dónde vamos?”. Emanuel de repente estaba muy serio. El solo la miro un momento diciendo. “Te va a gustar”. Condujeron por la ciudad hasta las afueras y subieron un camino largo de piedra llegando a un mirador. Grecia salió del auto observando toda la ciudad. “¡Es increíble!”. Exclamó.Emanuel puso el brazo en sus hombros dándole un pequeño beso en la mejilla. “Es mi lugar favorito”.Grecia sonreía mientras Emanuel la abrazaba miraban juntos como el sol se escondía y poco a poco la noche llegaba, en momentos conversaban de trivialidades mientras oscurecía.Ya era un poco tarde, ambos estaban recargados mirando las luces de la ciudad, Grecia levantó su mirada hacia Emanuel que estaba absortó
El abuelo al escuchar los gritos bajó por las escaleras. Ya era un hombre muy mayor, su movimiento era despacio apoyado a su bastón. Emanuel al verlo lo saludo respetuosamente. “Abuelo”.El abuelo de Emanuel entrecerró los ojos. “¿Qué pasa aquí? ¿Por qué tantos gritos?”.El señor Gustavo frustrado le explicó. “Tu nieto que se la pasa jugando en la calle con mujeres, deja la empresa y no le dedica el tiempo necesario”.El hombre de la tercera edad entrecerró los ojos mirando a Emanuel. “¿Es cierto lo que dice tu padre?”.Emanuel negó. “No estoy jugando con mujeres, salgo con alguien abuelo”. Trató de dejar clara toda la situación. “No entiendo cuál es el problema, deje la música como querían y me dedique a administración, estoy trabajando en la escuela y completo el horario laboral, no hay quejas de mí, ¿Porque no puedo salir con alguien?”.El señor Gustavo caminaba de un lado a otro del salón, su voz llena de enojo retumbaba en las paredes.“¡Es tu obligación con esta familia traer a
Diez de la mañana, Suite del Hotel Victoria al Norte de México…Una mujer abrió poco a poco los ojos tratando de ajustarse a la luz que entraba por la ventana, ella parpadeó varias veces, tenía un fuerte dolor de cabeza, un sabor amargo en su boca y los labios resecos, al sentarse notó que no llevaba ropa, giró su mirada hacia el otro lado de la cama, tratando de recordar qué había sucedido, fue cuando se encontró un hombre dormido boca abajo desnudo.Ella se asustó en el momento, empezó a hiperventilar, busco su ropa por el lugar, pero no había nada, ni siquiera la del hombre.El hombre empezó a moverse, tenía el mismo estado que la mujer, trató de incorporarse apretando su cabeza. Con los ojos entrecerrados observó a la mujer a su lado. “¿Qué...?” Desorientado la reconoció, pero no el lugar.Ella se levantó cubriéndose con una de las sábanas. Estaba a punto de hablar con el hombre en la cama sin embargo no tuvo oportunidad, la puerta se abrió, un joven estaba de pie mirándolos. Ca
Las chicas en la cancha estaban concentradas en cada paso, en las cargadas y las indicaciones que gritaba la capitana.Ambos equipos tenían entrenamientos fuertes, también llevaban rigurosas dietas y muchas reglas, sin embargo, para las mujeres que pertenecían al equipo todavía era más duro, se necesitaba demasiado temple, fuerza, fortaleza y convicción, las aspirantes se preparaban muchos años antes, desde pequeñas debían tener las mejores calificaciones y un comportamiento adecuado para poder ser alumna de la universidad. Cuando eran aceptadas empezaban entrenamientos largos y cansados, donde llevaban clases extracurriculares, baile, ballet, canto, gimnasia entre otras disciplinas antes de querer ser parte o convertirse en una estrella de los Centuriones.Ya listas se inscriben en la audición de cada año, se hacían filas muy largas para poder tener la oportunidad de presentarte ante los encargados del equipo, desde la entrenadora, capitana, médicos especializados, los altos mandos