Afuera, la señora Lorena estaciono el coche, fue de compras al supermercado, al ver el auto, se apresuró a salir y entró corriendo a la casa, encontrándose con la escena…. Emanuel y la pequeña Ema conversando cara a cara, su cuñada a un lado respirando agitada.
“¡Isabel!”. Grito Lorena al verla casi desplomarse.
Emanuel salió del hechizo que le causaba la pequeña niña y al ver a su madre notó su semblante. La tomó rápidamente ayudando a sentarse en el sillón, Lorena le llevó la mascarilla de oxígeno con apuro, al estar sentada, la mujer respiraba agitada mientras trataba de calmar su respiración.
Emanuel estaba algo asustado. “Te llevaré al hospital”. Su madre se negó tomándolo del brazo. “Estaré… bien…” Trato de decir.
Lorena no sabía qué hacer, la pequeña se acercó abrazando a Isabel. “¿Estás bien abuela?”. Estaba preocupada por la mujer mayor.
Emanuel frunció el ceño. Al escuchar a la pequeña niña como la llamaba.
Isabel acarició el cabello de la pequeña regalándole la mejor sonrisa