El señor les dio una ojeada y sin ningún remordimiento mencionó. “No traigas trabajo a la casa, además estoy en recuperación, cualquier problema debes solucionarlo tú mismo, eres el nuevo presidente ¿O no?”.
Emanuel ya desesperado habló. “Son desvíos de dinero muy grandes, facturas falsas, depósito a cuentas que no están relacionadas con la escuela y los equipos, además… los bonos que debiste darle a Grecia no han sido entregados”.
El hombre mayor se sobresaltó. “¡Todo esto es por esa mujer! ¿Qué te dijo? ¿Cómo te volvió a engañar?”.
Emanuel negó. “Ella no me ha dicho nada yo mismo lo descubrí después de una charla con los patrocinadores, ellos tienen sospechas de estos malos movimientos”.
“¡¡¡Imposible!!! Los patrocinadores solo quieren ganancias y eso es lo que les he dado a lo largo de los años, como yo maneje todo lo demás no debe importarles”.
Emanuel se apretó los ojos. “Esto es ilícito papá, defraudaste a tu propia empresa y familia”.
El hombre mayor golpeó el escritorio. “¡Te