En la oficina del presidente…
El señor Gustavo revisaba unos pendientes, hoy estaba de mal humor, su esposa no volvió a la casa, molesto canceló sus tarjetas y ni así se comunicó con él.
Lo único que lo animaba esos días es que al fin se desharía de Grecia después de tantos años. Empezó a sudar frío, su pecho dolía, se levantó para caminar por la oficina y cayó al suelo.
La secretaria al escuchar el golpe entró rápidamente. “¡Señor!”. Corrió hasta él gritando por ayuda. La ambulancia llegó rápidamente, todos estaban atentos a lo que pasaba, Grecia terminaba de recoger sus cosas en la oficina para irse, Doris la acompañaba.
En el hospital…
Emanuel llegó encontrándose con una Jimena histérica. “¡Papá! ¡Déjame entrar a verlo! ¡¿Quién te crees que eres?!”. Gritaba a los médicos.
El doctor trataba de tranquilizarla. Emanuel llegó advirtiéndole con la mirada, ella se quedó en silencio llorando. “¿Cómo está mi papá doctor?”.
El hombre mayor se dirigió a Emanuel. “Tuvo un preinfarto, d