—Tú puedes burlar las leyes y enviar a tus matones a amenazarme, pero este documento deja claros mis derechos como su reciente esposo, y no me hagas recurrir a otros medios, como por ejemplo exponer su infidelidad dentro del matrimonio, porque lo que más tengo son testigos de su adulterio— le amenazó molesto, pero sin subir la voz. El plan era arruinarle todo, incluso el momento feliz, y cuando vio la mirada asesina de Orlando sintió miedo y le volvió a decir: —Y para ti también tengo una denuncia, si me pasa algo tú eres el principal sospechoso, así que te aconsejo que no pierdas tu tiempo enviando matones a mi casa, que esta vez no será tan fácil lastimarme y no pagar por tu crimen.

Abierto con arrogancia y con aire de triunfo, Miguel salió de la fiesta llevándose con él a la familia de Irina.

—No te hagas esa prueba, buscaremos la manera de que ese maldito no obtenga lo que busca— le dijo Orlando a Irina, porque creía que ella se sentía mal o no estaba dispuesta a realizar el pedid