42. EL DISCURSO.
—Es para mi un honor recibirlos nuevamente en esta, su casa —aquellas fueron las primeras palabras de Isak que tenía una sonrisa brillante y agradable—. Como cada año hacemos una cena conmemorativa para celebrar los alcances y logros de cada ejecución y también para embriagarnos un poco —dijo en un tono jocoso que hizo reír a todos, menos a Ivar que mantenía su semblante serio—. Y por supuesto este año también tiene una sorpresa, no podemos dejar que esta cena pase desapercibida como una más a la lista.
Los ojos de Isak miraron fijamente a Ivar que afirmó con su cabeza levemente y apretó mi mano con fuerza, sus nervios estaban lastimando mi pequeña mano—. Como saben tome las riendas hace 5 años y realmente intente hacer mi mejor esfuerzo, para ninguno aquí es un secreto que ese primer año al mando fue un desastre —se escucharon varias risas entre los asistentes—, y si no hubiese tomado las medidas que tome, estaríamos todos en quiebra y usando Jeans de segunda mano —las risas estallar