92. SIN FRENOS.
—¿Están listos?
—No —Ivar era el último en llegar a la mesa para tomar la fotografía, por delante de él había llegado Valeska a la que aún le temblaban las piernas—. Una copa de agua —ordenó a uno de los sirvientes y se la entregó a Valeska que la necesitaba urgentemente para bajar el color rojo de sus mejillas.
—La próxima vez intenta no follarte a tu mujer en el cumpleaños de mi hijo —Isak no tenía derecho a estar molesto, pues algo muy parecido había sucedido entre él y Ragna horas antes en medio de la cava de vinos que tenían en la cocina. Pero al menos el rubio mayor intentó ser más cauteloso, pero Ivar era todo menos sútil.
—La próxima vez dile a tu esposa que le regale ropa menos provocativa a la mía.
Ambos soltaron una risa que hizo que el fotógrafo profesional que estaba frente a ellos carraspera para así obtener la atención de los imponentes hombres, todo estaba listo para la foto familiar.
Si, era una fotografía digna de tener en un lugar muy visible y en gran tamaño,