Capítulo 55. Entre la certeza y la duda.
Maximiliano Delacroix.
Las palabras de Amy aún resonaban en mi cabeza como un eco insoportable. “No me voy a casar contigo”.
Una negación seca, lanzada con ese temblor en los labios que delataba su miedo… y su desafío.
Pero no era solo eso lo que me quemaba por dentro. La noche anterior, mientras dormía en mis brazos, la escuché murmurar un nombre. Un nombre que no era el mío.
Adrián.
El veneno de esas tres sílabas me taladraba todavía. Me levanté y me fui a mi despacho molesto. Mi orgullo herido y por eso me comporté de esa manera.
¿Cómo podía, después de todo lo que había pasado entre nosotros, de entregarse a mí como lo hizo, de gritarme que era mía, soñar con otro? Ese fantasma seguía rondando entre nosotros como una sombra maldita. Y yo no pensaba rendirme. No iba a perderla contra un recuerdo ni contra un rival de carne y hueso.
Después de que ella salió, salí yo en otro coche y allí estaba en mi oficina, en la empresa. Apoyé las manos en el escritorio de mi despacho y respiré h