Capítulo 259. Miedo a las emociones.
Amy Espinoza
Max había cerrado los ojos otra vez, pero esta vez no era inconsciencia. No era ese vacío aterrador de los últimos siete días. Era… cansancio. Cansancio real. Humano. Del tipo que llega cuando vuelves de un lugar oscuro y tu cuerpo necesita un respiro.
Yo no podía dejar de mirarlo. No podía apartar la mano de su mejilla. No podía dejar de tocarlo como si temiera que, si lo soltaba, desaparecería.
No quería perder ni un segundo.
Villalba me dio unos minutos más antes de pedirme que saliera para que ellos pudieran ajustar máquinas y revisar signos.
—Solo una pequeña evaluación —dijo—. No tardará. Te avisamos para que vuelvas a entrar.
No quería irme, pero él tenía razón.
Le di un beso en la frente a Max, muy suave.
—Regreso en un momento —le susurré.
Él no abrió los ojos, pero movió un poco los dedos, apretando mi mano como si me contestara.
Esa presión mínima fue suficiente para hacerme temblar entera.
Salí al pasillo y allí estaban Adrián y Mía.
Mía se levantó de inmediat