Capítulo 52.- Sorpresa, sorpresa.
Evelia

No tengo tiempo de procesar la información sobre que he sido envenenada, cuando una montaña de músculos me tapa la luz en los ojos.

Loyola se encuentra mirándome tan cerca que soy capaz de ver el iris de sus oscuros ojos a la perfección.

—Pequeña dime ¿quién te hizo esto? Que estoy dispuesto a hacerlo dar su último respiro mirándome a la cara el muy cabr0n…

Un carraspeo interrumpe el dialogo de Loyola, el agente sigue con nosotros, solo que fuera de la habitación, “por lo visto no estábamos tan a solas como creí”.

Loyola tose disimulando la incomodidad, para después gesticular sin hacer sonido «dime que yo lo mat0»

Yo solo me encojo de hombros, no tengo la más mínima idea de quien podría haberlo hecho y sobre todo ¿cómo? ¿Cómo lo hizo? Para evitar caer de nuevo en esta situación.

— Lo que puedo decir— Continúa el doctor— es que milagrosamente, porque no tengo otra explicación su bebé se mantiene aún con vida y dentro de su vientre.

— ¡¿Bebé?!— Gritamos tan fuerte Loyola y yo a
Alana Aguilar

¿Se esperaban un embarazo?... entre tantos problemas una ilusión.

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