Capítulo...39
Damián golpea el escritorio con ambas manos, provocando un fuerte sonido que exalta a Mariana, la cual intenta sostenerle la mirada, como para mantenerse firme en su trabajo.

—Cuida tus palabras, Mariana, el jefe soy yo y si tienen que esperar hasta una maldita hora lo harán, porque yo mando, ¿te queda claro? Mi matrimonio no lo vuelvas a mencionar, porque si estás muy herida porque ya no me interesas, es tu problema. Las puertas están abiertas y te puedes largar.

Ella tensa su mandíbula. El saber que ya no significa nada para él le causa dolor, es un desespero ya no tener su atención, ni sus besos y caricias.

—Si tanto ya no me toleras, ¿por qué no me echas? —Su pregunta hace que Damián calle por segundos—. ¡Búscate a otra secretaria! —Sonríe con amargura—. Te conozco, Damián Anderson, o más bien, señor Anderson, sé que a usted no le conviene echarme de su empresa. Pero si así lo desea, bien pueda, no tengo ningún problema, yo no seré la que pierde.

—¿Me estás amenazando? Te recuerdo
Escritora Palacio

LAS LEO LECTORAS, GRACIAS POR TODO.

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