Damián se marcha. Su arma mortal no es solo su carácter, su forma de aplastar al enemigo o su inteligencia, sino también esa guapura que él mismo sabe que posee y que sabe perfectamente lo que ocasionó en ella. Conoce a las mujeres y sabe que Alice sí quería ser besada por él, pero con el tema de Thomas la dejó con las ganas.
Mientras tanto, Alice estuvo a punto de mandarlo al infierno, pero al recordar que está en casa de sus padres, se muerde la punta de la lengua para controlarse y retomar el aire. —¡No puedo creer que a pesar de todo lo que ha pasado mi cuerpo reaccione a él y no me pueda controlar! —exclama mentalmente y cierra los ojos por segundos, intentando calmarse para poder regresar con sus padres y hablar sobre la empresa, la cual ella no puede descuidar. —Necesito buscar algún método, algo que me ayude a no depender de Damián —habla por lo bajo y cambia radicalmente el temple de su rostro para sonreír como si nada hubiera pasado.
Damián va en su auto, camino al lugar dond