Alice regresa a la mansión Anderson y le pide a Wilson y Carla que no digan nada. Le pide a Carla que, por favor, prepare una cena especial, el platillo favorito de Damián, ya que quiere sorprenderlo. Mientras tanto, llena de ilusión, procede a darse un buen baño relajante en la tina y luego a buscar un lindo vestido.
Al mirarse desnuda en el espejo, sonríe; la verdad, le parece increíble que vaya a ser madre y que ese pequeño bultito ya se esté notando un poquito, incrementando aún más el amor de madre en ella. Al estar lista, llega a la sala de estar y encuentra a Carla acomodando las copas.
—Carla, qué lindo te ha quedado.
—Señora —Carla la voltea a mirar—, pero qué linda está, el señor se pondrá feliz al verla.
—Esperemos que sea así, debo admitir que estoy nerviosa, no sé si fue buena idea venir sin avisarle —Alice está nerviosa y es evidente ante los ojos de Carla.
—Todo va a salir bien, tome asiento, señora, ¿quiere juguito mientras tanto?
—No, no, yo lo espero, ojalá no tarde.