XII. LA RECEPCIÓN AL INFIERNO

“Una vida solo con otra vida se paga” Convencida de eso, miré a Señor, que estaba como petrificado a un par de metros de mí.

—Máteme —pedí—. ¿Qué espera?, ¡Máteme! —grité.

Pero él no respondió a mi patética suplica como me hubiera gustado, solo me miró con los ojos llenos de lágrimas.

—No seré yo quien pague tus estupideces —dijo—, no perderé a mis dos hijos… al menos no el mismo día.

Sus palabras, lejos de darme consuelo, me llenaron de horror porque, hasta que el lo decidiera prudente, me tocaría vivir cargando toda esa culpa que me estaba carcomiendo el alma.

—Máteme, por favor —supliqué una vez más, y ya ni siquiera me miró.

Señor hizo una seña a alguien y ese alguien me levantó

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo