Se dio la vuelta y sus ojos enrojecieron al instante.
—Estar nuevamente a tu lado ya me hace feliz. Lo de anoche... lo consideraré solo un sueño.
Cuanto más hablaba así, más incómodo se sentía Miguel.
Julieta, que sabía exactamente cómo manipular sus sentimientos, hizo ademán de marcharse.
Como era de esperar, apenas dio un paso, Miguel la agarró de la muñeca.
—Me haré responsable de ti.
Una sonrisa triunfal apareció en la comisura de los labios de Julieta, pero cuando se volvió bruscamente hacia él, sus ojos mostraban solo desconsuelo.
—Miguel, ¿qué acabas de decir?
—Dije que me haré responsable de ti.
La voz de Miguel sonaba ligeramente ronca. Al oírlo, Julieta se lanzó a sus brazos, abrazándolo con fuerza.
—Sabía que todavía me amabas. Miguel, gracias por darme una oportunidad para empezar de nuevo.
Miguel apretó los dientes, pero finalmente la abrazó.
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La tarea de Andrea hoy era acompañar a Vicente a un cóctel de negocios.
El empresario que organizaba el evento había sido client