Vicente se acariciaba pensativamente la barbilla mientras la observaba con atención.
—Es bonito, pero carece por completo de originalidad. Andrea, piensa mejor, ¿cuál es realmente el que te gusta?
Devuelta para elegir nuevamente, Andrea respiró hondo y al instante siguiente su mirada fue atraída por un vestido color burdeos que llevaba una modelo.
El vestido tenía un brillo elegante y un corte bastante audaz.
Un vestido largo sin tirantes, con la falda ligeramente acampanada, de longitud justo hasta los tobillos, que hacía lucir la figura estilizada sin dificultar el andar.
Lo más destacado era el diseño calado en la cintura, que insinuaba las líneas de su contorno, con encaje adornado con pequeños diamantes.
Inevitablemente atraía la mirada hacia la estrecha cintura que parecía poder abarcarse con una sola mano.
Andrea se sintió momentáneamente desconcertada. Si fuera la persona de antes de casarse, habría sido inmediatamente atraída por este vestido.
Pero después de tanto tiempo sin