Enyd comenzó a quitarle las vendas de sus manos de a dos horas por vez al principio, incrementando ese período progresivamente, hasta que las descartó por completo una semana después.
Coincidió con el regreso de Galo trayendo mensaje de Aine, que prometía dejar el Valle tan pronto el estado de los caminos lo permitiera. Una noticia que pareció insuflar nueva vida en Risa, alimentando su decisión de estar tan bien como fuera posible para la llegada de Malec.
Aprendí a ayudarla con sus ejercicios para los pies, brazos y manos, aunque todavía prefería que fuera la sanadora quien se encargara de sus piernas. Y junto con la movilidad, Risa recuperaba también las cosquillas, así que pasábamos el rato riendo juntos mientras yo le sujetaba el tobillo para hacerle girar un pie, o moverlo arriba y abajo. Y ni qué decir cuando trabajábamos con sus hombros y tenía