Capítulo 58: Ella fue secuestrada.
—No lo harán —respondió Adalet con firmeza a las dos hembras—. Ellos están dormidos. No dejaré que se los lleven… Esperaré a Zefor y hablaré con él —dijo Luna, refiriéndose a sus cachorros.
Las dos niñeras intercambiaron miradas nerviosas, la preocupación evidente en sus rostros.
—Pero… Luna… No podemos. Si el Alfa se entera… nosotras podríamos…
—Yo asumiré toda la responsabilidad. Váyanse —interrumpió Adalet, su voz resonando con una autoridad que sorprendió a las omegas.
Las hembras se quedaron de pie, incómodas, paralizadas por unos segundos mientras la tensión llenaba la habitación. Finalmente, Adalet soltó un suspiro, su voz llena de un peso inconfundible.
—No me siento bien. No empeoren las cosas. ¿O esperan a que algo grave me suceda? Quién sabe cómo reaccionará el Rey Alfa.
Las hembras palidecieron, el miedo se apoderó de ellas. Sabían lo que Zefor era capaz de hacer y los castigos que infligía, castigos que ninguna de ellas quería enfrentar.
Era mejor que no estuviera