Capítulo 90.
Antes de partir a nuestra nueva misión, papá me llamó aparte.
—Ya que visitarás cuatro manadas, necesito que observes todo. —Su tono fue el de siempre, calmo, pero con ese peso que no dejaba lugar a distracciones—. Cómo se relacionan los alfas con su gente, cómo reaccionan ante la noticia… y cualquier cambio en el ambiente. No entres en conflictos innecesarios.
—No lo haré —respondí sin pensarlo mucho.
Fue un error.
Porque apenas cruzamos el primer paso del bosque y el lobo blanco se adelantó, recordé un pequeño detalle:
La primera manada de la lista era la de Jared.
Sí, ese Jared.
Me detuve un segundo en seco.
—No.
—¿Qué? —preguntó el lobo blanco, sin voltear.
—No quiero ir hacia el Oste. Aún estamos a tiempo para cambiar de manadas que visitar con mi hermano.
Él giró la cabeza apenas lo suficiente para mirarme por encima del hombro.
—¿Te da miedo volver a ver a tu pretendiente caído?
—No le digas así —gruñí—. Solo lo golpeé.
—En público. Frente a otros p