Varek
La desesperación me quemó por dentro.
La luz nos negaba. Rowan estaba allí, apenas a un paso de Clara, y sin embargo parecía que un océano entero lo separaba de ella.
Yo podía sentir su angustia como propia, la respiración que intentaba contener. La forma en que tensaron sus músculos para que Clara no percibiera el temblor que le recorría el alma. Fingía calma, pero yo lo conocía demasiado bien... y me sentía peor que él.
Nos estaban apartando de nuestra compañera.
No soportaba verlo así. No soportaba verla a ella del otro lado, sola, con los ojos húmedos y la voz quebrada deletreando su nombre. Mi instinto me desgarraba. Si él no podía entrar, ¿qué nos quedaba? ¿Apartarnos? ¿Abandonarla? No, eso jamás.
Aullaba de dolor en la mente de Rowan, sentía que nos estaban arrancando el alma.
—"Podemos probar algo" —le dije, mi voz resonaba en su cabeza como un gruñido triste y ahogado.
Rowan permanecía inmóvil, era como si dos estacas ardientes lo hubieran clavado al suelo, anclándolo