Si había alguien capaz de cambiar las reglas, esa era la princesa de Asmax, una omega hermosa, manipuladora y sobre todo, leal a su pueblo. Entrar en un matrimonio arreglado no era su opción ideal para casarse, y menos cuando quien sería su alfa era tan cerrado y apegado a la frase "Los alfas mandan, y los omegas obedecen", algo completamente fuera de lógica para quien conociera a la princesa. Agatha Celine Noir, solo está segura de dos cosas, la primera, que hay algo realmente mal en ese acuerdo matrimonial, y la segunda, que ese alfa, caerá ante ella.
Leer másAghata tomó aire hondo y profundo en cuanto todos se fueron quedando solo ella y Erwan quien se había mantenido silencio en todo momento, Aghata lo observó de soslayo y volvió a tomar asiento con los brazos cruzados sobre su regazo y ambas piernas una encima de la otra, olvidando toda incomodidad y centrándose en la nueva noticia.⎯¿Una semana?⎯preguntó con un tono muy diferente al utilizado anteriormente, Erwan se colocó frente a ella en el lugar donde antes estaba la reina Kiana⎯Tiene que ser una broma⎯gruñó con molestia, su loba también⎯Te casas con la princesa de Asmax, no con una de las putas de tu reino o cualquier otra Erwan, ni siquiera me has dado un cortejo adecuado⎯sonrió entre la molestia e incredulidad⎯No es que realmente vaya hacer algún cambio⎯sonrió ladino⎯Eres insoportable y no hay dios que cambie eso⎯Erwan rodó los ojos, ignorando la provocación, suspiró y tomó una manzana del centro de mesa dándole un mordisco.⎯No podemos perder tiempo princesa, hacemos esto por un
Se miró una vez más mientras caminaba por los pasillos, ahora con un nuevo atuendo, un camisero verde olivo que le llegaba hasta las rodillas, de mangas largas, fresco y bonito con algunos detalles en oro, un cinturón ancho en la zona de la cintura para acentuar sus curvas, y un par de botas de tiro alto ras al suelo completamente negras, su cabello estaba aún ligeramente húmedo y aceptó con pensar que había tenido que tomar un largo baño antes de considerarse lo suficiente lista para ir a ver a la reina, que casi le sacas el alma a su hijo, rememoró, y rió bajo ante ese hecho, estaba muy segura que al príncipe, alfa, yo mando y tú obedeces, no le hubiera molestado en lo absoluto, dejó ir un largo suspiro llegando a las puertas de la entrada principal, cuatro guardias alzaron la vista y la observaron con ojos desorbitados, Aghata rió y siguió de largo, sí, le encanta crear esa reacción, era una alborotadora de primera, o eso decía su madre, su bella Leanha, junto a Camille, las dos mu
Aghata miró el papel por octava vez, sus manos temblaban y sentía que le faltaba el aire, Ciaran estaba de pie frente a ella, con el rostro serio y sin emitir palabras, apretó los puños arrugando el papel entre sus manos, las palabras leídas corriendo por su mente unas tras otras y la gran pregunta, ¿qué hacía allí entonces?, sentía su corazón latir una un poco más rápido y la sangre dentro de sí hervir, su loba se mantenía en silencio como si no quisiera ser partícipe de nada y no sabía si eso la aliviaba o enojaba más todavía, su aroma posiblemente estaba por todo el lugar, allí en aquel matorral escondido, lleno de hierbas y piedras en la parte de atrás de los establos. ⎯Esto no puede estar pasando⎯susurró llevándose la mano derecha al rostro, tomando una bocanada de aire, soltando el mismo con labios temblorosos⎯Mi propio padre me envió a la horca.⎯No creo que esa sea una buena forma de referirse al rey⎯espetó Evanik, un gamma pelirrojo de ojos verdes y porte intimidante, era uno
⎯¿Te gusta montar?. La voz llegó joven y rica a sus oídos, Ciaran incluso jura que por momentos creyó haberla imaginado, algo que terminó siendo completamente descartado una vez levantada la vista, los brillantes orbes, de un verde vivo le miraron con atención, y genuina curiosidad, ahí estaba el segundo en la línea de sucesión al trono, si Ciaran mal no recuerda, un beta, inhaló el aroma, café, Igor se removió y levantó la cabeza, su lobo parecía intrigado con ese aroma y el toque dulce, lo cual no era más que extraño, como si le hubieran dejado caer una tonelada de miel dentro a una taza de café recién hecho, de esos que cuando te das el primer sorbo la mueca es instantánea, sin embargo su lobo se rompió interesado contra todo pronóstico, el joven lo miraba risueño con esos ojos vistosos y cabello castaño, Ciaran frunció el ceño al recordar su pregunta, y sonrió. ⎯Me gusta montar, muchas cosas de hecho⎯sonrió chulesco, como un lobo hambriento incluso si sólo quería divertirse un ra
Ambos hombres voltearon a ver a una muy seria Aghata, esta tenía el pelo recogido en una coleta alta y apretada, con una trenza que hacía sus facciones mucho más marcadas, ojos con ligero maquellaje que los hacía incluso más profundos y vistosos, y labios besados por el brillo labial, estaba enfundada en una especie de juego de prendas: camisa negra de fina tela con cuello y mangas largas, abotonada, y un pantalón negro, de talle alto, oscuro y apretado desde la cintura, hasta las rodillas, completamente suelto hacia abajo estilo campana, con unas hermosas sandalias de cuero oscuro, Killian tragó saliva cuando los ojos de la omega dejaron a ver vestigios de azul, y miró a su hermano que no apartaba la vista de la hermosa pelinegra, y las prendas que sólo realzaban su belleza, Killian casi ríe, así que negó⎯y queriendo estar lejo de lo que sea que fuera a pasar⎯se alejó dejando a ambos completamente solos en el salón. ⎯¿Príncipe Erwan?⎯volvió a llamar la omega, cruzando los brazos sobr
Killian sabía que para Erwan las cosas no estaban de ninguna forma bien, el alfa parecía un animal enjaulado, furioso y al mismo tiempo resignado, como si ya el peso de su existencia fuera suficiente para elegir acostarse e intentar no morir soportándolo, de hecho si el beta no lo conociera bien quizás no se habría dado cuenta, primero que todo el día anterior no habían sido el mejor, antes de que confirmaran que la princesa de Asmax estaba en tierras de Craenia, hasta ese preciso instante Erwan había luchado en convencer a su padre y rey, utilizando excusas raras que tenían que ver con la independencia y el derecho propio de un alfa fuerte, atractivo y tan buen partido como él, y el sacrilegio que presentaba casar a su edad y con tanto futuro, a lo que Eric no prestó atención en lo absoluto y solo lo mandó a callar con una gélida mirada que casi hace que Killian se atragante con el jugo que estaba tomando para ese entonces.Sin embargo ya todo estaba en marcha, Erwan se casaría, y Kil
El astro sol se había levantado de nuevo sobre Craenia, después de un largo día lleno de presentaciones, noticias y una noche que a opinión de muchos pasaba demasiado rápido, sin tiempo a verdadero descanso, el sol había hecho acto de presencia junto a nubes blancas que reposaban hermosamente en el cielo azul y un mar en completa calma. En palacio sin embargo se podría considerar un día como cualquier otro, la servidumbre levantada desde temprano poniendo en práctica sus quehaceres, un rey que parecía tener algún pacto raro con el sol, porque en cuanto este daba señales de comenzar su faena, Eric hacía acto de presencia por los pasillos como si el estar en la cama hasta las siete fuera sacrilegio, muy contrario a la reina, quien siempre intentaba quedarse en descanso hasta las ocho o nueve de la mañana, y después de tanto años sirviendo, la gran mayoría sabía que esta no ocupaba el tiempo durmiendo sino más bien leyendo o mirando el horizonte a través de su enorme y ornamentado balcón
Agatha entró en las habitaciones y suspiró con fuerza, llevaba sólo cinco minutos allí comparado con todo lo que le esperaba, apenas el primer día, se dijo, y ya quiero salir corriendo, irme tan lejos como fuera posible y nunca regresar, sí, eso era exactamente lo que haría si las razones para quedarse no fueran mayores, se pasó la mano por cuello, por la luna, le dolía el cuerpo, su loba parecía haber entrado en algún estado de tranquilidad, gracias a Fenrir, ya había tenido suficiente de ella por lo que restaba del día, el gruñido lejano en su conciencia le dijo que Igna no estaba alejada del todo, sonrió, e intentó hacerse un moño, el cual cayó como cascada nada más soltó el cabello.Miró alrededor, la habitación era amplia, iluminada, pero tan sencilla que las cabañas más humildes de Asmax se sentirían ofendidas, se quitó las botas de tacón y dejó que sus pies besaran el suelo, era de madera y se sentía frío contra la planta de estos, las cortinas eran rojas, tan brillantes que po
REINO DE CRAENIAOFREAPALCIO DE LA CORONA FÉRET⎯Me crea un inmenso placer tenerla aquí, en las tierras de Craenia, que la gran Luna alabe su presencia aquí, princesa omega Noir⎯recitó Erik Arnaud Féret, actual monarca y alfa líder de todo Craenia, con una venia que Agatha juró debe haberle hecho doler la espalda del viejo lobo, pero no fue menos elegante que la que ella misma hubiera hecho, los lobos eran superiores, diferentes y exquisitos.Agatha había tenido tantas oportunidades de viajar, que le permitió no sólo conocer culturas ajenas, sino, también razas: felinos, aves, entre otros cambiaformas que le habían enseñado muchas cosas, sin embargo, los lobos se conservaban mejor, parecían tener un pacto con la vida y el propio dios Fenrir, que podría considerarse satánico, permitiéndoles envejecer lento, y pese a todo, mayormente, en buen estado. Agatha debía reconocer que Erik, así como su propio padre y tantos otros alfas, eran un claro ejemplo. La voz de Erik era lo más parecido