Capítulo 46. Sin tumba ni epitafio.
El cielo sobre la ciudad estaba cubierto de una neblina persistente. No era lluvia. Era algo peor: esa opacidad que precede al derrumbe de estructuras que parecían inquebrantables.
Emilia observaba el noticiero en silencio. Los titulares repetían lo inevitable: *“Eloísa Restrepo ha sido llamada a declarar en el proceso por presunta participación en red de corrupción estatal y presunta obstrucción de justicia.”* La imagen de la mujer —impecable, con su blazer gris perla y su peinado intacto— no ocultaba la tensión que se filtraba en cada uno de sus gestos.
Antonia entró a la sala con una carpeta.
—Esteban no se ha presentado en ninguna de sus propiedades —anunció—. Se cree que cruzó la frontera con documentación falsa.
—¿Y Eloísa?
—Se presentó. Pero su defensa está intentando desacreditar las pruebas de Leonor, diciendo que fueron obtenidas de forma ilegal.
Emilia soltó una risa hueca.
—Eso es lo único que pueden decir. Que la verdad fue obtenida por los medios equivocados.
Hubo un mom