Rose:
La fiesta está prendida.
Son los diez de la noche, y en vez de frenar, esto parece que va cogiendo impulso.
Después de ir al salón a que me hicieran la manicura, pedicura, y de paso el cabello, dormí alrededor de cinco horas, y las chicas pasaron a buscarme.
Fuimos al Inferno, y nos pudimos perdidas de borrachas.
Por suerte el Don estaba en el Trece, si no, nos hubiera amargado la noche.
De ahí vinimos a casa de Zaneth, y en lo que Kyle y Kilie bailotean como un par de poseídos, manteniendo entre ellos a un sujeto que parece no saber cuál de los dos le gusta más, yo converso con Zaneth.
—Oye…¿y los strippers?- le pregunto.
Ella eleva una ceja.
—Los tuve que cancelar. Mika me montó un numerito de celos esta mañana. Sabe que no podría resistirme a manosear un par de un hombres musculosos y sudorosos…
Comprimo los labios para no reírme.
Zaneth suspira.
—Ahhh, estos Ivanovs…aquí entre nosotras, no me extrañaría que el tuyo derribe la puerta de un momento a otro.
—No lo creo. Le de