El imponente CEO de misteriosos ojos azules y fría mirada, alimentaba a su mellizo mientras observaba de vez en vez a su esposa, apenas habían vuelto a tener intimidad después de muchos meses de estar alejados y después por la salud de Adriana, que debía guardar estricto reposo, y se había ganado ya un castigo
El hombre, se acercó con su bebé en los brazos para hablar con el niño que la madre alimentaba
— Dominic, pimpollo, dile a mamá, que papi, no estaba hablando en serio, dile que papá, solo la ama a ella y solo con ella se quiere divertir
El mellizo respondió con una sonrisa, dejó de mamar por un momento fugaz y después siguió con lo suyo
— No utilices a mis bebés para lograr tus propósitos, hmmm...
— Pero sonrió, eso quiere decir que está de mi lado, debes ser buena y olvidarte de esa broma por esta vez, pídeme lo que quieras y te lo daré pero no me prohíbas tocarte
— ¿Lo que quiera? ¿Estás seguro?
Donovan, pensó que tal vez su esposa le pediría un coche, ropa