Esa noche los CEOS, habían tenido una noche muy especial donde se habían entregado al amor por sus esposas y las habían hecho suyas, se habían quedado profundamente dormidos con ellas a sus lados hasta que...
— Bua... bua...
Los mellizos habían despertado llorando, tenían hambre y seguro que estaban mojados, Adriana, estaba profundamente dormida, el CEO, despertó al escuchar a sus gemelos, echó un vistazo a su mujer y vió que ella no se movía
— Mujercita, ¿Cómo pretendes que yo solo atienda a los bebés? si cargo a un mellizo el otro no me va a esperar, no tienen nada de paciencia, ahhh.... — El hombre se apresuró a ir a la habitación de sus retoños, ellos ya estaban llorando a gritos
— Ya va, ya va, ahorita les hago su biberón, está vez van a tener que ser más pacientes, mamá está dormida ella está... un poco cansada por qué estuvimos hablando mucho por la noche, pero papá los va alimentar — Lo más rápido que pudo el padre preparó dos biberones, les puso una almohada para sost