En el lujoso restaurante, se escuchó un sonido seco, habían volteado todos a ver de que se trataba y ahí estaba él
El asistente Francoi, se había desmayado y caído al piso, había sido demasiado para él ver qué casi matan a su amigo, Dallán, lo recogió y lo sentó para hacerlo despertar
minutos después, poco a poco el eficiente asistente despertaba con la ayuda de una torunda con alcohol que les había proporcionado una mesera, lo tenían sentado en uno de los confortables sillones de las mesas privadas a la que pasaron Dallán Ferreira y Alessandro Ferreti
— Hmmm... ¿Qué me pasó? ¿En dónde estoy?
— Francoi, ¿Cómo te encuentras? ¿Quieres que te llevemos al hospital?
— No... no, quiero, dame un poco de agua, ahh... qué alivio que ese mafioso no te matara, ¡Fuiste muy imprudente, Dallán, si vas a seguir exponiendo tu vida de esta forma ya no voy a seguir con esta amistad, me gusta mi vida como la vivo y tú casi logras que nos maten a los dos!
— Relájate Francoi, estamos viv