Amber

Miré a Leonardo intentando asimilar sus palabras y sentí una sensación horrible, como si estuviéramos rodeados.

«Llévame al apartamento». Las palabras salieron más rápido de lo que pretendía, pero el peso de la necesidad no dejaba espacio para dudas.

Leonardo miró su reloj; la mandíbula tensa. «¿Qué quieres hacer exactamente allí?»

«Encontrar el pendrive», respondí cruzando los brazos. «Necesito saber qué tiene dentro que es tan importante».

Suspiró, pensándolo. «Tenemos una reunión importante hoy, Amber. No puedo perdérmela. Pero… si prometes que será rápido…»

«Lo prometo», dije sin dudar.

«Perfecto», respondió entrecerrando los ojos. «Entonces ve a arreglarte. Vas a venir a la reunión conmigo».

«¿Yo?»

«Sí. Quiero que vuelvas a familiarizarte con todo. Aprovecharé esta reunión para traerte de nuevo al negocio».

«Pero…»

«Tranquila, no tendrás que hacer nada; solo observa e intenta recordar cómo eran las cosas en las reuniones». Acarició mi rostro, transmitiéndome su confianza.

L