104. Recuerdos sombríos
Amber
El frío era implacable, un escalofrío que no venía solo del ambiente, sino de un lugar más profundo, más oscuro. Estaba todo a oscuras y la habitación era tan miserable como me sentía: paredes descascarilladas, manchas de humedad, un olor que mezclaba moho y abandono.
Mi barriga rugía y yo me encogía en la cama, intentando ignorar el vacío que dolía tanto como los muelles del colchón que se clavaban en mis costillas. Mis brazos estaban morados, fruto de bofetadas y apretones que ya ni intentaba comprender.
Desde fuera llegaban siempre las mismas voces: graves, cargadas de rabia. Algo se rompió. El ruido me hizo dar un salto, un reflejo automático de años viviendo con miedo.
Me tapé los oídos, tratando de ahogar los gritos, pero se colaban igual. La voz de la mujer era estridente; la del hombre, un rugido bajo y amenazador. Sabía lo que venía después. Siempre lo sabía. Pero esta vez sentía algo distinto: peor.
La puerta se abrió de golpe, golpeando la pared y arrancándome de mi m