Capítulo treinta y siete. ¿A qué le tienes miedo?
Owen seguía en el sillón, pero con la mirada alerta. Observó la reacción de ella.
— Ven aquí conmigo Britney — insistió —. Después de todo, Britney, es nuestra luna miel.
—Creía que lo habías olvidado.
Owen levantó una ceja por la observación y chasqueó la lengua.
—Y yo pensaba que tú ocultabas algo, Britney. Has estado extremadamente callada… desde que volviste de Inglaterra.
—Estoy preocupada — confesó la joven —. Y no es sólo por el bebé… aunque sólo Dios sabe si podrá soportarme como madre. Trabajar es lo mío… no… no todo eso que se supone que hace una madre — Britney sufría porque no sabía lo que se esperaba de ella.
—Tenemos un ejército de sirvientes. No tendrás que hacer frente a nada, simplemente estarás al mando — Owen hablaba con tranquila autoridad —. Es evidente que te preocupa algo más. Cualquier futura madre tiene preocupaciones, pero hay más cosas; lo he notado.
Britney cerró los ojos. Movía la mano en círculo ha