65. ¿Dónde estas Dayleen?
La mañana había comenzado con una bruma densa en la manada de Agua. Las orillas del río estaban más inquietas de lo normal, como si la corriente presintiera que algo se avecinaba.
De cierta forma, ese era el encanto de Aryndell. Toda la naturaleza parecía cobrar vida.
Xavier se colocó su capa de viaje con decisión. Su corazón palpitaba de ansiedad contenida desde que el sol apenas había salido. Lo sentía. Ella se estaba alejando, su lacio se estaba tensando como una cuerda. Lo había presentido al despertar. Y tras confirmar con sus guardias que nadie la había visto desde la noche anterior, supo que su instinto no se equivocaba.
—Maldita sea, Dayleen… —murmuró entre dientes, ajustando los guantes de montar mientras bajaba los escalones de piedra.
Estaba por montar su caballo cuando una figura se desplomó frente a él. Era Nür. Se retorcía sobre el suelo como si un dolor insoportable la atravesara desde las entrañas.
—¡Xavier…! —gimió—. Ayuda… me duele… tanto…
El Alfa se acercó de i