Capítulo 93 —La isla desierta
Narrador:
Sofía se levantó del regazo de Renzo con las piernas todavía temblorosas. Caminó hacia un perchero en la esquina y tomó una bata de seda negra. Se la colocó con calma, ajustándola a la cintura, mientras él se recomponía la camisa y subía el pantalón. La tensión sexual seguía impregnando el aire, pero ahora se mezclaba con un silencio distinto, más íntimo. Sin mirarse demasiado, salieron del privado y cruzaron el pasillo hasta llegar a la oficina del club. Allí, Sofía abrió el pequeño frigobar y sacó dos botellas de cerveza. Le pasó una a Renzo y se dejó caer en uno de los sillones de cuero. Él la imitó, acomodándose frente a ella.
Brindaron sin palabras y bebieron el primer trago. Fue Renzo quien rompió el silencio.
—Te extrañé. —dijo sin rodeos, con la voz ronca todavía —Te amo, Vanya. No concibo mi vida sin ti.
Sofía lo miró a los ojos y sintió el golpe directo en el pecho. Bajó la vista hacia la botella entre sus manos.
—Yo tampoco puedo conce