Capítulo 21 —El Abogado del DIABLO
Narrador:
Ignacio salió de entre la maleza, con la ropa hecha jirones, cubierto de polvo y sudor. Había huído durante casi una hora hasta perder de vista los vehículos de la DEA. Cuando por fin estuvo seguro de no ser seguido, sacó el teléfono encriptado del bolsillo interior de la chaqueta y marcó un número.
—Dominic. —su voz era ronca, aún agitada.
—Ignacio. —respondió el otro del otro lado, con esa calma gélida que lo caracterizaba.
Ignacio se apoyó contra un árbol, apretando los dientes.
—El laboratorio del norte ya no existe. La DEA lo reventó todo.
Hubo un silencio pesado en la línea antes de que Dominic replicara:
—¿Pérdidas?
—Tres hombres. Dos confirmados muertos, uno desaparecido. El resto logramos salir, pero apenas. —Ignacio escupió a un costado, con rabia contenida —El lugar quedó reducido a cenizas, no habrá rastro de nada.
—Y Mateo… —la voz de Dominic bajó medio tono, afilada como una cuchilla.
Ignacio cerró los ojos, con la mandíbul