Capítulo 159 —Ya no caminás solo
Narrador:
Sofía lo escuchó en silencio, sin interrumpirlo ni una sola vez. Cada palabra sobre su madre o su nonna, cada imagen de la muerte convertida en arte, se le clavaba como un cuchillo. No era un relato cualquiera; era Renzo arrancándose la piel para mostrarle lo que escondía debajo.
Cuando terminó, ella seguía con los dedos apoyados en la tinta, como si quisiera absorber algo de esa historia a través de la piel. Se inclinó, besó el tatuaje con suavidad, y apoyó la frente allí, en medio de esa Catrina que ya no veía como un dibujo, sino como la confesión más cruda que él podía darle.
—Gracias, mi amor, por compartir ésto conmigo… —susurró, con la voz cargada de emoción —Y ahora que lo sé, ya no puedo mirarte sin verlas a ellas también… a tu madre, a tu nonna, a todo lo que perdiste.
Renzo cerró los ojos un instante, el pecho subiendo y bajando con un temblor casi imperceptible. Sofía lo abrazó por la espalda, pegándose a él como si quisiera cubrir