Capítulo 158 —El resto de mi vida
Narrador:
Renzo esperó a que Eros y sus hombres se marcharan. Luego sacó el teléfono del bolsillo, buscó el número y marcó. La señal tardó un par de segundos en enlazar.
—Franco —dijo apenas escuchó la voz al otro lado.
—Renzo —contestó él, con su tono directo —¿Ya llegaste?
—Sí. Estamos en el claro. Todo salió según lo previsto.
Hubo un silencio corto antes de que Franco respondiera.
—Bien. Nosotros estamos en la finca de Ernesto Paz. Te enviaré la ubicación.
Renzo frunció el ceño.
—¿La finca del viejo Paz?
—Exacto —afirmó Franco —Es un lugar seguro, aislado, y cuenta con lo que necesitamos. Ven esta noche. Te esperamos para cenar.
Renzo lo meditó un instante, luego asintió aunque Franco no pudiera verlo.
—De acuerdo. Envíame la ubicación.
El mensaje entró segundos después. Renzo miró la pantalla, luego guardó el móvil y giró hacia Sofía, que ya había vuelto a su lado.
—Franco quiere vernos —le dijo, serio —Nos esperan en la finca de Ernesto Paz